La privacidad total imposible con la localización de los teléfonos móviles

El uso de smartphones o teléfonos inteligentes es algo ya muy arraigado en la sociedad moderna. Estos gadgets han supuesto un uso revolucionario del teléfono móvil introduciendo muchas comodidades en su uso pero no todo es tan positivo. Los sistemas de localización de los dispositivos móviles son suficientes para distinguir a un usuario poniendo en serio riesgo su privacidad.

A pesar de que operadores móviles, aplicaciones ó sistemas operativos de los smartphones tratan de anonimizar el uso de uno de estos teléfonos, según un estudio publicado por el MIT, en un 95% de casos basta con conocer cuatro momentos y lugares por los que ha pasado alguien para generar una «huella dactilar de movilidad» que le distinga del resto. Estos patrones de movilidad pueden revelar información que un usuario quiera mantener dentro de su ámbitat privado.

Antes de este estudio, todo el mundo ya conocía que los teléfonos registran con gran precisión los moviientos de una persona por lo que la investigación está más orientada a buscar fórmulas que permita determinar la manera de anonimizar los datos (ocultando el número de teléfono, fecha y hora, lugar…) para no violar la intimidad de los usuarios.

Está claro que este tipo de datos puede resultar muy útil en aplicaciones GPS que determinen el tráfico en tiempo real, por ejemplo, pero no deberían distribuirse en otro tipo de aplicaciones que sí podrían ser más cuestionables en cuanto a la privacidad de cada uno.

El problema reside que, incluso en las bases de datos menos precisas, se goza de un anonimato mínimo y que cada vez son más las organizaciones que tienen acceso a estos datos. Antes, con los teléfonos móviles más sencillos, solo los operadores de telefonía tenían acceso a estos datos pero las smartphones están acentuando este problema de privacidad. Y, no hay duda, de que muchas compañías tratan de sacar provecho de ello. Un ejemplo lo encontramos en Apple que actualizó recientemente su política de privacidad para concederse el derecho de compartir la localización espacio-temporal de los usuarios de sus gadgets con sus partners.

La venta de estos datos puede suponer un gran beneficio para las compañías que los gestionan que parece los usuan sin ningún pudor.